lunes, 15 de diciembre de 2014

Capítulo V .- Arquitectura sináptica.

CAPÍTULO V


ARQUITECTURA SINÁPTICA
Considerando que la arquitectura es el arte de la proyección y la construcción, y sinapsis es la conexión entre neuronas para la transmisión de los impulsos neurológicos, entiendo por arquitectura sináptica: El arte de planificar y construir conexiones entre las neuronas para el uso especializado de algunos fenómenos neurofisiológicos, relacionados a la conciencia; proceso caracterizado por la manipulación conciente de los neurotransmisores de memoria.

Cuando la conexión sináptica de las neuronas llega al córtex cerebral se establece la posibilidad de hacer conciente la información, interpretación, rememoración y reutilización de los impulsos electroquímicos, que en algún momento han sido grabados en los neurotransmisores de memoria.

La calidad de la red sináptica es única en cada individuo y, aunque la herencia juega un importante papel, está influenciada principalmente por lo que aprendemos y que va quedando grabado en nuestra memoria. Ésta finalmente determina nuestras reacciones inconscientes y la mecanicidad de nuestros procesos concientes durante toda nuestra existencia.

Como dije, la calidad de nuestra red sináptica está determinada por lo que aprendemos, de ahí la importancia de reaprender nuevas formas de enfrentar emocionalmente los estímulos diarios de la vida cotidiana. Hay que escoger cuidadosamente la calidad, la forma y la orientación del conocimiento que elegimos estudiar para tal fin.

Aprender a manipular concientemente nuestros neurotransmisores de memoria nos abre un infinito universo de posibilidades para lograr la higiene emocional. La estructura de nuestras conexiones sinápticas es, normalmente, resultado del azar; comenzar a darle la dirección deseada es la base para impulsar nuestro desarrollo evolutivo.  

Las dendritas de cada neurona tienen la capacidad de establecer nuevas sinapsis y recomponer o crear nuevos circuitos neuronales. Aunque esto acontece en forma automática, afortunadamente existe la posibilidad de influir o manipular concientemente estos procesos.

Aprovechando las ya conocidas características de las sinapsis, que tienen gran plasticidad y se transforman o cambian dependiendo de las señales que reciben, las propiedades de transformación y transmisión de los tejidos nerviosos involucrados dependen primariamente del acoplamiento sináptico y pueden generar cambios de acuerdo al medio bioquímico de la matriz extracelular.

Recordemos las enormes posibilidades funcionales de cada conexión sináptica, luego tomemos en cuenta que el número de éstas es mucho mayor que el número de neuronas del cerebro y cada sinapsis puede ser considerada como una unidad anatómica y funcional completa. A partir de este conocimiento podemos darnos una idea de todas las posibilidades neurológicas que nunca llegamos a utilizar.

Una de las técnicas que utilizamos para direccionar concientemente la actividad neuronal en el sentido deseado la llamamos “hacer la pregunta adecuada” o también “lanza tu pregunta al universo”.

LANZA TU PREGUNTA AL UNIVERSO

Toda pregunta tiene una respuesta.
Toda pregunta hecha al universo recibe respuesta.
Toda pregunta hecha al universo desde la totalidad de nuestro ser recibe respuesta del universo.

Al plantear tu pregunta con intensidad emocional e intelectual, por el simple hecho de preguntar se formará una especial arquitectura sináptica en tu cerebro, que corresponde a un sistema de búsqueda de la respuesta más adecuada. Tu funcionamiento neuronal rastreará y localizará todos los neurotransmisores de memoria que guarden información útil para la obtención de la respuesta y creará nuevos neurotransmisores de memoria que, una vez implantados en nuestro sistema, continuarán buscando la información útil para ese fin. Una vez que hemos creado voluntariamente estos estímulos bioeléctricos en nuestra memoria, éstos seguirán trabajando en forma mecánica y automática, buscando la respuesta a la pregunta, simultánea e independientemente de nuestro flujo habitual de pensamientos.

La búsqueda, que en forma automática realizan nuestras neuronas mientras están estimuladas por una pregunta, se detiene cuando se encuentra una respuesta que satisface nuestra curiosidad.

 Hay que tener cuidado contra el tipo de pensamientos capaces de paralizar o detener la curiosidad. Pensamientos como “no tiene respuesta”, “nadie lo puede saber” o es “imposible saberlo”; deben evitarse porque resultan adormecedores de la conciencia y tóxicos en cualquier proceso de búsqueda.

La pregunta adecuada es una herramienta imprescindible en los procesos de investigación.

Un mecanismo útil en la investigación radica en preguntarse si la respuesta que encontramos:

a) Es la correcta y definitiva. 
b) Solamente forma parte de la totalidad de la respuesta.
c) Es incorrecta.
d) Puede ser parcialmente correcta y parcialmente errónea.
e) Puede ser la adecuada momentáneamente.
f) Es solamente una de mis ideas fijas.

Mantener viva la pregunta con suficiente intensidad nos da la posibilidad de seguir encontrando respuestas o ampliando los hallazgos sobre el tema y, para ampliar los rangos de nuestras posibilidades cognitivas, resulta de utilidad plantearse nuevamente otras preguntas como:

a) ¿Qué tan real y tan cierta es la respuesta que encontré?
b) ¿Qué otras partes de la respuesta he pasado por alto?
c) ¿Qué partes de la respuesta pueden ser ciertas o falsas?
d) ¿La respuesta encontrada es válida en el tiempo pasado, presente y futuro? ¿O puede tener variaciones?
e) ¿La respuesta obtenida ya la sabía y solamente corresponde a mis ideas fijas y/o prejuicios?

Y cuando surge la duda de si la respuesta encontrada es solamente un producto de mi imaginación, simplemente hay que sostener la pregunta con suficiente vehemencia, repreguntando y variando los ángulos de la pregunta, tanto como sea posible. De cualquier modo, debemos recordar que la imaginación creativa ha jugado un importante papel en el avance de la ciencia. La creatividad puede tener como impulso la curiosidad, el ingenio y la imaginación.

La respuesta encontrada puede ser resultado de la imaginación, como una posibilidad entre muchas otras, pero no debemos percibir los resultados de la imaginación como si siempre carecieran de validez, en todo caso, el resultado obtenido debe ser confrontado con la realidad para probar o refutar su veracidad, tan científicamente como sea posible.

Cuando mi hija María Esther era estudiante de la carrera de medicina en el año 2006, me preguntó al leer los párrafos anteriores: ¿Qué acaso no estás preguntándote a ti mismo en realidad?, ¿Para que darle ese toque mágico-religioso de preguntarle al universo?

Interesante cuestión, pero el planteamiento es otro. El concepto de Universo que cada uno de nosotros tenemos nos hace pensar en la inmensidad tanto de lo conocido como de lo que todavía desconocemos. Precisamente dentro de nosotros está incluido TODO lo que concebimos que es el universo y también la infinitud de lo que sabemos que desconocemos.

Nuestra percepción de la realidad depende precisamente de nuestras capacidades perceptuales, tanto a través de nuestros sentidos como de las posibilidades tecnológicas que hacen posible que percibamos más allá de nuestras limitaciones fisiológicas. Pero siempre la realidad, para cada uno de nosotros, depende de lo que percibimos y/o entendemos como real. Sabemos que la realidad del universo es mucho más grande que nuestra capacidad perceptual, por eso es que la pregunta se lanza al universo, para rebasar la automática limitación de nuestros alcances.

Cuando alguien siente que hay un fuerte sentido religioso en el hecho de lanzar una pregunta al universo, es resultado de su visión, no de que yo pretenda evocar ideas religiosas al tratar de ampliar los horizontes posibles de la pregunta. Y si siente que hay un contendido mágico es resultado de lo que su mente concibe como mágico, no de mi planteamiento. Las preguntas que se ha formulado el ser humano a través de la historia han sido los detonadores iniciales de los avances de la ciencia.

La vía por la que nos llega la respuesta a nuestra pregunta tiene un  sinfín de modalidades distintas. Es evidente que no sólo se trata de una misteriosa voz interna. La respuesta puede presentarse por sincronía causal a través de los más insólitos medios.

La respuesta se vuelve incomprensible (invisible) cuando se ha olvidado la pregunta, es decir, la respuesta carece de significado si no se articula con la pregunta. Hay respuestas que tardan mucho en llegar y otras son rápidas; en este sentido, la oportunidad y utilidad de la respuesta depende de que siga vigente la curiosidad que dio origen a la pregunta, de lo contrario, la respuesta puede pasar desapercibida.

¿QUÉ TIENE QUE VER LA PREGUNTA CON LA ARQUITECTURA SINÁPTICA?

La pregunta establece el motor motivacional para que nuestras neuronas busquen la información correspondiente a la respuesta, y así se establecen nuevas conexiones sinápticas en el sentido que marca la pregunta planteada.

En este texto utilizo conceptos que se usan cotidianamente por todos nosotros y mencionados en los libros por centenares de autores, como son: El libre albedrío, el perdón, la gratitud o el amor; palabras que, a pesar de haber sido estudiadas ampliamente por diferentes escritores y filósofos durante siglos, no nos ofrecen en la actualidad una definición lo suficientemente precisa como para considerar que ya no sea necesario estudiar, explicar, desarrollar o mejorar el significado que se les atribuye.

El correcto uso y significado de las palabras nos ayuda a construir una nueva arquitectura sináptica más sana, al eliminar la confusión y los errores de interpretación de lo que hemos percibido y conceptualizado del universo que nos rodea.

Aunque alguien pueda tener la falsa impresión de que ya lo sabe todo respecto al perdón, la gratitud o el amor, aquí planteo un uso actualizado a los conceptos. Todos sabemos, por usarlas a diario, de la existencia de las puertas, las ventanas, las paredes, los techos y fachadas de las construcciones, pero siempre encontraremos diferentes arreglos arquitectónicos en una innumerable serie de manifestaciones creativas distintas. De igual manera, pretendo darle un uso más preciso, sano y creativo al perdón la gratitud y el amor para construir dentro de cada uno de nosotros la estructura psicoemocional y/o espiritual más bella, útil y justa, de acuerdo a nuestros gustos y tendencias.

NEUROTRANSMISORES DE MEMORIA (NTM)
Así como ha sido posible en el pasado predecir matemáticamente la existencia de algunos planetas, basados únicamente en la observación de las influencias que ejercen sobre otros cuerpos celestes; de la misma manera predigo la existencia de Neurotransmisores de Memoria (NTM), cuya existencia no está comprobada físicamente pero sostengo que existen, por todas las funciones que son observables dentro del neurofuncionamiento de los seres humanos, sobretodo por el papel que juegan en el almacenamiento de la memoria. Estos neurotransmisores de memoria son el vehículo por medio del cual la memoria se almacena a través de cambios bioeléctricos y bioquímicos en el cerebro, como consecuencia de  los estímulos internos y externos percibidos.

Actualmente existen muchas incógnitas respecto al mecanismo a través del cual se almacenan los datos que conforman la memoria.

La información que fue grabada en los NTM por mecanismos bioelectroquímicos puede ser recuperada voluntariamente, es decir, recordada cuando el NTM entra en contacto con alguna neurona que tenga conexión sináptica con el Córtex Cerebral.

ALGUNAS FUNCIONES DE LOS NEUROTRANSMISORES DE MEMORIA
Los neurotransmisores de memoria se activan, al igual que otros neurotransmisores, con un estímulo electrobioquímico que la neurona reconoce por su muy específica vibración eléctrica; la cual hace que todos los neurotransmisores de memoria asociados a ese tipo de impulso electroquímico se activen, lo que produce a su vez, una serie en cadena de “recuperación de memorias asociadas”.

Estos impulsos neurológicos provocan, por excitación bioelectrica y bioquímica, la recuperación de las memorias asociadas que fueron guardadas automáticamente. Por lo que las asociaciones nemotécnicas que se realizaron de manera instantánea en el momento de su implantación en la memoria, surgen como recuerdos asociados en cuanto el estimulo neurológico específico es activado, conciente o inconscientemente.

En forma constante y automática, los neurotransmisores de memoria van registrando toda la información sobre el universo que nos rodea. Ésta sirve de base para el aprendizaje y la adquisición de experiencia, indispensables para la sobrevivencia.

Las señales externas de peligro producen un tipo de neurotransmisores de memoria que se ligan, por afinidad bioeléctrica, a la estimulación de los neurotransmisores que generan la energía necesaria para la huida, la pelea o la defensa; como es el caso de la norepinefrina que prepara a todo el organismo para el inminente suceso; al mismo tiempo, se liga a la secreción de adrenalina que provoca los cambios fisiológicos que el cuerpo necesita para enfrentar esas situaciones. En forma simultanea a estos procesos, también quedan asociados NTM de miedo y/o de coraje, que activan las funciones psicoemotivas del valor y la agresividad, necesarias para la lucha por la sobrevivencia.

Así vamos aprendiendo, por necesidad natural, a ser agresivos, violentos y corajudos, en un proceso aparejado al instinto de sobrevivencia. La agresividad, la violencia y el coraje no son “malos” en su esencia sino que son recursos del ser humano para la conservación de la vida y la especie. Tales conductas son herramientas para la sobrevivencia, que el ser humano aprende ante las primigenias experiencias de contacto con los elementos y situaciones hostiles del universo que le rodean.

Los NTM funcionan automáticamente a una gran velocidad, provocando las instantáneas reacciones adrenalínicas para las que fueron originalmente diseñados, generando también la aparición de las reacciones emotivas de miedo, agresividad o coraje;  así vamos aprendiendo a reaccionar rápidamente ante los estímulos externos que nuestra memoria automática reconoce como hostiles o peligrosos.

La agresividad, el miedo y el coraje son útiles, benéficos y necesarios para el ser humano. Pero, en algún momento de nuestra vida, estos recursos se vuelven en nuestra contra y se convierten en conductas negativas, cuando se sobre reacciona y se pierde el control para lo que debió haber sido su correcta aplicación en los momentos adecuados.

Los problemas surgen cuando estas conductas son manifestadas fuera de contexto, es decir, cuando sobre reaccionamos ante una situación dada, con coraje, miedo o agresividad exageradas; ya que, por el mismo mecanismo de defensa, los seres que nos perciben dispuestos a la pelea, se preparan en reciprocidad para el combate, por lo que resulta muy fácil iniciar un innecesario enfrentamiento, que puede ser físico, intelectual, o simplemente verbal.

Por si todo esto no fuera demasiado, inmediatamente después entran en escena toda la miríada de pensamientos, creencias, e ideas que nos llevan a sentirnos ofendidos por las agresiones, generando odios y rencores que propician la formación de desagradables círculos viciosos.

Con este proceso de adquisición de conocimiento y maduración azarosa del ser se van imprimiendo en los neurotransmisores de memoria, experiencias tanto útiles y benéficas como otras perjudiciales y dañinas.

EL PERDÓN Y LOS NEUROTRANSMISORES DE MEMORIA

El perdón tiene la capacidad de desactivar los efectos negativos y desagradables de la información grabada en los neurotransmisores de memoria. Si aprendemos a perdonar, introducimos una enorme modificación en nuestra arquitectura sináptica. Aprender voluntariamente a perdonar es un ejemplo de la manipulación conciente de neurotransmisores de memoria.

Cada vez que recordamos un evento agradable o desagradable, lo revivimos. Esta expresión de revivirlos es literal, ya que, con mayor o menor intensidad, volvemos a experimentar la experiencia electroquímica en nuestro organismo. Nuevamente volvemos a generar la misma cascada hormonal y/o neuropeptídica que estuvo presente en ese instante evocado.

Este fenómeno neurológico puede ser utilizado para volver a experimentar, en el momento presente, el placer o el disgusto de acontecimientos del pasado. Este mecanismo puede ser dirigido para remplazar a voluntad estados bioquímicos saludables, en lugar de indeseables y automáticos estados enfermizos.

La gran ventaja que nos ofrecen los neurotransmisores de memoria es que la información grabada en ellos puede ser modificada, es decir, podemos manipular los datos que contienen, de tal manera que nos resulten de utilidad. Por ejemplo, se pueden “limpiar” los juicios malsanos que asociamos a sucesos desagradables o traumáticos, sustituyéndolos y/o agregando ideas y pensamientos positivos o sanadores. Aunque también la manipulación puede dirigirse en forma negativa, como por ejemplo al implantar falsos recuerdos o al evocar irresponsablemente eventos desagradables sin ofrecer solución, ya que esto solamente retraumatiza a la persona.

Resulta muy útil tomar en cuenta que nuestros puntos de vista, respecto a los acontecimientos que vivimos en el momento presente, matizarán todo el proceso de memorización y definirán totalmente el cómo van a ser recordados posteriormente. Es muy importante entrenarnos en la manipulación conciente, aquí y ahora, de nuestros procesos valorativos para minimizar futuros efectos negativos de nuestras vivencias y maximizar los efectos positivos de las mismas.

MANIPULACIÓN DE LOS NEUROTRANSMISORES DE MEMORIA
Su manipulación ¿Para qué?... Para mejorar el pasado, el presente y el futuro. Claro, mi pasado, mi presente y mi futuro. El pasado registrado en los NTM tiene la cualidad de hacerse presente, aquí y ahora, a través de la evocación.

Normalmente percibimos un universo dual, es decir, con un lado positivo y otro negativo. Mientras nos mantenemos en ese nivel de percepción actuamos, vivimos, percibimos mecánicamente, justamente en la forma automática de que ha sido dotada por la neurofisiología y que es necesaria para sobrevivir como uno más de los seres vivos sobre este planeta.

Deberíamos aprender a percibir el universo como el resultado de tres o más fuerzas, no nada más restringirnos a reconocer la dualidad.

Hay que recordar que todo proceso o fenómeno existente en nuestro universo está regido por tres fuerzas o vectores (positivos, negativos y neutralizantes), que operan tanto en el área de la física y la química como del comportamiento humano.

Esta facultad que casi nunca utilizamos y normalmente desperdiciamos, pero que potencialmente siempre tendremos a nuestra disposición, en el área del comportamiento humano está representada por la conciencia o el libre albedrío.

 El uso en plena voluntad de esta tercera fuerza, la neutralizante, impregna de conciencia nuestro ser, nuestra vida completa y es importante entender que solamente podemos hacerlo si realizamos lo que hemos descrito como esfuerzo conciente.

Un esfuerzo conciente hace la diferencia entre la mecanicidad de nuestras vidas y una forma lúcida de vivir y percibir el universo. Hace posible el darnos cuenta de todo aquello que, aun estando ahí, nos pasaba desapercibido como si fuera invisible, ya que es realmente invisible para nosotros, si no le ponemos la atención suficiente para percibirlo, aunque todo el tiempo haya sido totalmente perceptible.

Un poder con el que nacemos es el de “poder hacer el esfuerzo de estar concientes”. No nacemos con el poder de estar conscientes todo el tiempo. No nacemos concientes en forma automática. El estar conciente es una acción completamente voluntaria que requiere, para darse, el uso de la tercera fuerza que hemos mencionado.

Tú no tienes control sobre la dirección de tus pensamientos; pues los neurotransmisores de memoria, con su capacidad de asociación, viajan automáticamente en todas las direcciones posibles de tu red sináptica a una velocidad extraordinaria. Sobre lo que puedes ejercer control es sobre la forma en que calificas las experiencias que vives y que viviste, utilizando tu conciencia (el libre albedrío, la tercera fuerza) para desactivar lo negativo y dar fuerza a lo positivo.

Usemos un ejemplo teórico: Si perdonas desactivas los efectos más negativos de un evento. Sin embargo, queda grabado en la memoria lo te previene sobre la posibilidad de que un suceso similar te dañe nuevamente. Además, al rememorar por evocación conciente, puedes agregarle a los neurotransmisores la información que te convenga, correlacionada con la experiencia en cuestión, en forma completamente voluntaria, para sanear tu percepción del acontecimiento en forma útil, bella, sana y justa.

NOTAS SOBRE EL AUTOMATISMO ORIGINADO POR EL PROCESO NATURAL DE APRENDIZAJE

Durante el proceso de aprendizaje del ser humano, al conocer por primera vez una espina se forma un neurotransmisor de memoria que guarda el conocimiento de la forma, del aroma, del ruido, del tacto, del tamaño, etc., así como de su capacidad para pincharnos el dedo y provocar el dolor y la lesión correspondientes. Esto genera en conjunto un conocimiento que resulta indispensable para la sobrevivencia y lo va capacitando para saber cuándo, cómo y de qué protegerse eficientemente.

Lo que llamamos el inconsciente, ha grabado automáticamente mucha información sobre conocimientos necesarios para convivir en sociedad y sobrevivir en el medio ambiente que nos haya tocado en suerte. Es una obligada y conveniente forma de protección que también puede llegar a ser perjudicial, pues en muchos casos termina limitando nuestras posibilidades de bienestar emocional e intelectual. Por lo tanto, es muy conveniente encontrar el mecanismo para liberarnos de los ocasionales efectos perjudiciales.

Como caso ilustrativo imaginemos que una persona con una verruga en la nariz nos hizo algún daño precisamente la primera vez que conocimos la existencia de una verruga en una nariz. Durante el proceso de aprendizaje, la verruga quedó asociada con la memoria de los daños recibidos y con el malestar que esto ocasionó, y relacionada también, con los pensamientos inmediatos posteriores referentes a la injusticia cometida en nuestra contra y con los que indican la necesidad de impedir que eventos como estos nos vuelvan a suceder; así como las acciones que debemos emprender para evitar que nos vuelva a acontecer. Todo esto quedó grabado y registrado en Neurotransmisores de Memoria relacionados con una verruga en la cara de alguien. A su vez dio origen a muchos otros neurotransmisores con información correlacionada y que se activan con un efecto en cadena que es utilizado por los procesos asociativos automáticos del recuerdo.

Cuando años después tengamos contacto con otra persona que tenga una verruga en la nariz, aunque sea un ser bueno, gentil, útil, justo y cariñoso, pudiera acontecer que no nos demos cuenta de sus virtudes porque nuestro sistema natural de protección, basado en la experiencia adquirida y guardada por la memoria, va a desencadenar toda una serie de instrucciones para nuestra probable protección, en las que se incluyen:

·         Reconocimiento instantáneo de señales de lo que puede potencialmente resultarnos dañino.
·         Evitar el contacto con esa persona.
  • Prepararnos para defendernos a tiempo de su potencial agresión.
  • Desestimular y castigar sus probables intenciones para evitar que se repita el daño que alguna vez ya sufrimos.

Y todo esto sucede dentro de nosotros en forma instantánea. Una reacción en cadena de NTM que fue activada en microsegundos.

Aquí propongo el ejercicio que consiste en desactivar, mediante un esfuerzo conciente, los elementos relacionados al odio y la desconfianza, originados por la persona de la verruga en la nariz, sentimientos que no tienen una base racional para estar ligados. Con un acto conciente, al revisar nuestras reacciones automáticas originadas por los recuerdos de sucesos pasados, podemos inducir nueva información que nos convenza que no todas las personas con esa característica física serán obligatoriamente dañinas para nosotros.

FUNCIONAMIENTO  NEUROANATÓMICO DE LA MEMORIA:
LAS NEURONAS

Las neuronas son las células nerviosas encargadas de la excitabilidad y la transmisión de mensajes. Están interconectadas entre ellas por una gigantesca red neuronal en las que se comunican mediante un espacio llamado sinapsis. Las neuronas y sus prolongaciones conducen señales eléctricas para transmitir sus mensajes, éstas son transformadas en señales químicas mediadas por neurotransmisores. En forma alternada, entre una neurona y otra, la señal química se transforma en eléctrica y ésta a su vez, se vuelve a transformar en señal química, proceso que hace posible seguir pasando el mensaje de una neurona a otra hasta lograr su cometido.

En términos de memoria, cuando el proceso termina o inicia en la corteza cerebral, el suceso se puede hacer conciente para la persona, es decir, se vuelve a recordar voluntariamente cuando se requiera, de lo contrario las sensaciones y efectos correspondientes al mensaje neuronal se producen en forma automática e inconsciente.

Al aprender, la mente codifica cada recuerdo en las redes neuronales, utilizando los neurotransmisores de memoria. Luego las neuronas se ramifican para crear nuevos circuitos, formando conexiones sinápticas suplementarias de una vastedad y complejidad tan grande como el número de cuerpos celestes de una galaxia.

Existen en el organismo Neurotransmisores de Memoria en los que se graba la información recibida por el ser humano. En éstos queda grabada la información bajo forma de señales bioquímicas, las cuales pueden ser recordadas a través de señales bioeléctricas, con un huella muy específica.

Cada una de las señales bioeléctricas que viajan por los axones de las neuronas puede llegar a ser única e inconfundible, como las huellas digitales. Estas señales provocan reacciones neurológicas específicas, que corresponden a la activación de procesos químicos intraneuronales, que una vez que producen la reacción encadenada que conecta con las neuronas de la corteza cerebral, hacen posible la recuperación de los datos memorizados.

La memorización ocurre como proceso químico, dejando su impronta en Neurotransmisores de Memoria y la actividad eléctrica es indispensable para acceder a la información memorizada.

En el funcionamiento de la memoria podemos reconocer, a grandes rasgos, cuando menos cuatro importantes etapas, siendo estas:

a)      La adquisición de los datos.
b)      El almacenamiento.
c)      La recuperación de la información o recuerdo.
d)     El olvido, que normalmente es un proceso inconsciente, puede ser también resultado de un proceso conciente.

Si partimos del supuesto de que los procesos de aprendizaje y memoria ocurren como procesos eléctricos y químicos dentro del sistema nervioso, para su estudio y comprensión es conveniente saber que las neuronas y las sinapsis del ser humano son similares a las de los organismos simples, de tal manera que tanto la estructura como las funciones responden a los mismos principios generales, lo que ha simplificado su estudio.

Existe un mecanismo automático de precaución que se activa como defensa ante los estímulos nuevos y solamente después de haber aprendido, y comprendido, que no representaba un peligro para el ser, se desactiva el mecanismo de autoprotección o defensa. Esto sucede en forma similar tanto en los organismos simples como en los seres humanos y su estudio es importante para un sano funcionamiento en lo concerniente al establecimiento de nuestras relaciones con nuestros congéneres.

EL CÓRTEX CEREBRAL

A la corteza cerebral se le denomina también simplemente córtex por su nombre en inglés. Es la porción más externa de la masa cerebral, localizada en la superficie de los hemisferios cerebrales que cubre las circunvoluciones y dos tercios de su superficie está incluida en las fisuras.  Integra las funciones mentales del hombre, como son la conciencia y la recuperación de los recuerdos; también la movilidad general, las funciones viscerales, la percepción y las reacciones de la conducta.

El proceso voluntario de recuperación de datos memorizados, se realiza en la corteza cerebral. Los datos memorizados, grabados en los Neurotransmisores de Memoria, pueden estar ubicados en cualquier lugar del encéfalo y solamente pueden ser recuperados voluntariamente si los estímulos bioeléctricos tienen o generan una conexión sináptica desde la corteza cerebral; de lo contrario, la información grabada funcionará solamente en el enorme universo interno del inconsciente, manifestándose a través de nuestro incontrolado automatismo.

NEUROQUÍMICA DEL MIEDO, LA RISA, LA CALMA  Y EL ESTRÉS
La química de la neurotransmisión es un fascinante campo de estudio que está íntimamente ligado al conocimiento de los neuropétidos, los neuromoduladores y los neuromediadores.

Con el tiempo, esto se llegará a conocer con tanto detalle que se hará necesario redefinir todos los vocablos hasta ahora utilizados para su descripción. Por lo pronto mi interés esta centrado en comentar que nuestros automáticos estados de ánimo dependen de la presencia de estas sustancias químicas en nuestro organismo y, a través de nuestros esfuerzos concientes,  es posible generar o inhibir su producción para modificar los balances neuroquímicos de nuestro organismo a través de ciertos ejercicios.

El conocimiento de los procesos neurológicos ha tenido avances monumentales y éstos han abierto la puerta a un vasto campo de estudio que parece inagotable. Sólo por mencionar un ejemplo hay que hacer notar que investigaciones de finales del pasado siglo XX han mostrado que los neuropéptidos llamados oxitocina y vasopresina son los directamente responsables de las sensaciones de ansiedad o calma.

La oxitocina disminuye el estrés e incrementa el carácter sociable y la nutrición. Se puede decir que su papel es inhibitorio de algunos procesos estresantes.

La vasopresina, aumenta la ansiedad y el miedo. Cuando se activa su señal se producen cambios en el organismo como son la aceleración del ritmo cardiaco, la presión sanguínea y la frecuencia respiratoria. Se puede decir que su papel es excitatorio de algunos procesos químicos, específicamente dentro de la neurona y el sistema nervioso en general. La oxitocina puede inhibir la actividad de las redes neuronales que han sido excitadas por la vasopresina.

El estrés es inhibido por el consumo de plantas que son parte de la cultura popular mexicana; algunas de estas son: Tila, pasiflora, flor de azahar, tumbavaquero, toronjil y valeriana, entre muchas otras. Y para el mismo fin, un recurso muy importante que está a nuestra disposición en forma gratuita, y casi nunca utilizamos durante el transcurso de la vida diaria, consiste en tomarnos unos segundos o minutos de relajación de las tensiones físicas, intelectuales y emocionales que, por tranquilizante evocación, excitan los neurotransmisores de memoria que activan la generación de oxitocina con el consecuente efecto antiestresante.

Cuando reímos provocamos la activación del neurotransmisor llamado serotonina; la risa, además, es saludable ya que provoca que el endotelio de los vasos capilares se expanda permitiendo un mejor flujo sanguíneo. Y un endotelio sano aunado a la presencia de la serotonina tiene un poderoso efecto para secretar las sustancias químicas necesarias para combatir las heridas, las infecciones y la irritación.

Los neurotransmisores determinan los estados psicoemotivos, del ser humano. El cerebro envía señales a todo el organismo a través de la activación de los neurotransmisores, provocando los cambios físicos y psicoemotivos necesarios para la sobrevivencia. Una gran ventaja consiste en que, desde el resto del cuerpo, se pueden enviar los mensajes que provoquen los mismos estímulos en sentido inverso hacia el cerebro, pudiendo provocar la activación de los neurotransmisores correspondientes. Este mecanismo nos da la capacidad para transmitir mensajes de ida y vuelta, es decir, desde las neuronas al resto del organismo y viceversa.

Uno de los objetivos de este texto es que el estudioso pueda lograr dilucidar, sobre una sólida base científica, las fuerzas que impulsan cada uno de sus actos, actitudes y emociones, para lograr la capacidad de dirigir el curso de su vida con más claridad y conciencia. Que logre primero la claridad, la higiene y el fortalecimiento psicoemocional para comprenderse a sí mismo y luego la sabiduría para comprender a los demás.

ANTIGUAS TÉCNICAS FÍSICAS CAPACES DE MODIFICAR LA NEUROQUÍMICA DEL PENSAMIENTO Y LOS ESTADOS DE ÁNIMO

A través de diferentes etapas de la historia, el hombre ha encontrado actividades capaces de modificar su estado neuroquímico, en una búsqueda que ha ido desde el logro del simple bienestar hasta los más sublimes estados de éxtasis y comprensión acrecentada de la realidad.

Pareciera que no hay nada nuevo bajo el sol. Por mencionar algunas técnicas cuya antigüedad se pierde en la lejanía de los tiempos, señalaré la importancia de: Ciertas danzas rituales; diversos tipos de meditación; hiperventilación; ayunos extremos; práctica repetitiva de sonidos; algunas artes marciales; autoflagelación; faquirismo y una miríada más de antiguas y actuales herramientas psicofísicas capaces de alterar la bioquímica neurológica.

EL USO DE PLANTAS CON LA CAPACIDAD DE ALTERAR LOS ESTADOS DE CONCIENCIA

Desde la antigüedad han sido utilizadas diversas plantas capaces de ampliar la capacidad de los sentidos para percibir muchas otras facetas de la realidad normalmente imperceptibles; que también pueden provocar momentáneamente una mayor capacidad de comprensión, pero sin efectos benéficos permanentes.

De igual manera siempre han existido técnicas que, aprovechando los esfuerzos concientes del ser humano, lo llevan a permanentes estados ampliados de conciencia y mayores posibilidades perceptuales de la realidad. Estas técnicas, basadas en los esfuerzos concientes, representan el arduo y largo camino del hombre que pretende hacer realidad sus posibilidades evolutivas.
 
El camino fácil y artificioso es el consumo de diversos alucinógenos a los que se les han atribuido calificativos de sacralidad, actualmente llamados enteógenos, o plantas de poder; recurso instantáneo que, desde mi muy personal punto de vista, conviene evitar. Usted decida conforme a lo que dicte su libre albedrío.

Es indudable que algunas conocidas plantas proporcionan una momentánea visión de las realidades que no estamos capacitados a percibir normalmente. Nos “elevan” el tiempo suficiente para confirmar que Lo Real es mucho más grande de lo que podemos percibir como realidad, aunque ese efecto es momentáneo y pasajero. La posibilidad de ampliar permanentemente la percepción deberá lograrse generando en nuestro ser una enorme cantidad de energía fina no habitual, a través de los esfuerzos concientes, a la par de una impecable vida libre de automatismos. Es un trabajo arduo y difícil, pero vale la pena.

MÁS SOBRE NEUROTRANSMISORES DE MEMORIA

A pesar de no haber podido probarlo físicamente, estoy convencido que existen infinidad de Neurotransmisores de Memoria, suficientes para cada dato que deba ser grabado. Se crea un NTM especifico para guardar información relativa a los elementos del universo que nos rodea; por ejemplo, cuando se conoce por primera vez una rosa roja en su vara, con hojas y espinas: Se crea un neurotransmisor que guarda la memoria de que es un objeto con pétalos; otro que guarda el color; otro que graba el aroma; otro que graba el estado psicoemotivo que acompaña al evento; otro que guarda la información de que tiene espinas; otro de que las espinas pueden picar; otro de que lo que pica la piel penetra y hace sangrar; otro para el dolor; y, unidos entre ellos, la información relativa a la flor y así un cúmulo de información relacionada. Posteriormente, se graban datos en los Neurotransmisores de Memoria, para aprender a mover la mano de una forma específica para evitar las lesiones por espinas. La información se graba en el sistema motriz del aparato musculoesquelético y la práctica repetida la hace operar como rápido medio de protección automática, sin la mediación de los lentos procesos mentales; así se llega al dominio automático de las precauciones necesarias para evitar los estímulos dolorosos, dañinos o desagradables.

Cuando una experiencia queda grabada en la memoria incluye todos los elementos correlacionados e implica a todas las partes del organismo que tengan alguna relación. Es decir, que la información queda grabada en una serie de Neurotransmisores de Memoria que afectan la anatomía, la fisiología, los elementos psicoemocionales y hasta los sutiles elementos bioenergéticos, que pueden ser denominados también como espirituales.

El conocimiento inconsciente está constituido, desde el punto de vista bioquímico, por el conjunto de Neurotransmisores de Memoria que actúan en forma automática sobre el cuerpo y el psiquismo del ser humano y se caracterizan por no tener conexión sináptica con el cortex cerebral.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario